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Las falacias de Internet: escollos en el camino del auto-aprendizaje

Hoy día es muy común que todo ingeniero informático, o aquel que aspire a serlo, se involucre de forma proactiva y personal en una carrera constante por el auto-aprendizaje y la actualización de sus conocimientos. En esta carrera, Internet representa sin duda un enorme universo de información y recursos disponibles para todo aquel que sepa cómo buscarlos, un faro para la sociedad de la información en la que vivimos, un elemento indispensable para la constante formación de ingenieros interesados en las más modernas tecnologías, como es el caso de los ingenieros informáticos.

Sin embargo, la Web 2.0 y su socializada versión de participación des-jerarquizada a menudo produce que los recursos e informaciones a las que podemos acceder no hayan pasado por unos controles de gestión/revisión de expertos. Cuando los contenidos revisados provienen directamente de blogs personales donde los gurús de las TIC vuelcan opiniones personales, es muy frecuente que el investigador se encuentre con numerosas falacias que debe ser capaz de vislumbrar para no enturbiar sus conocimientos objetivos.
A continuación, y gracias a una idea tomada del conocido blog ALT 1040, recopilo los distintos tipos de falacias que suelen encontrarse al buscar referencias y conocimientos en la Web, tanto para trabajos de investigación como para fundamentar desarrollos, conocimientos u otros intereses personales:

– La falacia ad hominem es muy habitual en entornos colaborativos como wikis o foros. Consiste en tratar de desacreditar una idea o fundamento atacando directamente a la identidad de su creador, en lugar de emplear refutaciones objetivas contra el aporte en sí. Está relacionada con la ley de asociación, a partir de la cual, una idea o propuesta puede recibir críticas infundamentadas en base a otras ideas previas del autor, o del grupo al que pertenece. Es muy común que grupos de desarrollo de software propietario, por ejemplo, reciban críticas del panorama open source, y a menudo se pueden leer críticas de productos o de ideas sin indagar en dicha idea, simplemente por recelo al autor o grupo.
– La falacia ad populum: consiste en tratar de defender una idea, dato o propuesta en base a la aceptación de la misma por parte de un gran número de lectores o expertos en un tema, más allá de fundamentar la idea de forma estadística, científica y/u objetiva. Es especialmente peligrosa pues puede frenar el pensamiento divergente, tan necesario en las áreas I+D de la informática en particular y de la ciencia en general.
– La falacia Cum hoc, ergo propter hoc: consiste en inferir que existe una relación causal entre dos o más eventos o sucesos por haberse observado una correlación estadística entre ellos. Es muy habitual en numerosos papers de investigación, y supone un grave error de apreciación en experimentos dirigidos con fundamentación estadística. Una correlación entre una variable dependiente y una explicativa simplemente proporciona información sobre los casos en los que dos sucesos se dan con simultaneidad. Sin más, no puede servir para establecer una relación causa-efecto. Un ejemplo actual de este fenómeno puede verse en el uso de las famosas Google Glasses por parte de una muestra estadísticamente representativa de usuarios VIP. Estos usuarios probaron las gafas, y tras unas semanas, se observó que muchos usuarios tenían presbicia. La falacia inundó foros y redes sociales: las gafas de google provocan vista cansada. Un estudio estadístico de la muestra demostró que las características de la muestra tenían un sesgo elevado en franjas de edades muy proclives a esta alteración visual. Una posterior encuesta demostró que los usuarios con problemas visuales los tenían ya antes de usar las gafas.
– La falacia ad verecundiam: consiste en dar validez a una idea en base a nuestra valoración objetiva o subjetiva del emisor de dicha idea. Es especialmente común en el caso de tecnócratas de la Web, pues una vez alcanzado cierto éxito o reconocimiento, pueden elaborar teorías o ideas sin fundamentarlas de forma adecuada, basándose en su fama alcanzada de forma previa. Un ejemplo de esta falacia puede encontrarse en unas palabras de Bill Gates, pronunciadas en 1981, en las que afirmaba “Nadie va a necesitar más de 640 Kb de memoria en su ordenador personal”. Una afirmación tan categórica, efectuada por una persona que un año antes había logrado vender el MS-DOS a la gigante IBM, fue tomada muy en serio, y retardó la aparición de módulos de memoria RAM más amplios durante un buen periodo de tiempo.
– La falacia ad nauseam: hay ideas que de tanto repetirse de forma retirada, parecen convertirse en verdad. Esa es la clave de esta falacia muy común en Internet, y que puede provocar que una idea sea reiterada en diversos foros/grupos de difusión y finalmente termine siendo aceptada.
– La falacia a silentio: es muy común en foros tecnológicos donde se debaten las últimas noticias o avances en una rama o ciencia. En el momento en que un interlocutor no participa en un foro de discusión concreto, se le considera un iletrado en dicho tema, y de forma ulterior, se desprestigia o hace caso omiso de posteriores participaciones de dicho autor, por considerarlas provenientes de una persona no experta.
– Argumento ad consequentiam: consiste en una falacia inherente a la forma de percibir la realidad del ser humano. A menudo valoramos una idea, investigación o aportación científica en función de si su demostración desemboca o no en un hecho deseable para avanzar en el dominio del problema o en un hecho deseable en la sociedad en general.

Éstas son las falacias que me he encontrado de forma más asidua en Internet, y aunque no soy un experto en materia de argumentación lógica, sí creo que esta entrada puede servir para inquietar el espíritu crítico del rastreador de recursos e informaciones en la Web.

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